1. Aprender a ser y actuar de una manera cada vez más autónoma. El autoconocimiento, la construcción y la aceptación de la propia identidad, la autoestima, la educación de las emociones, la autoexigencia y el desarrollo de estrategias de aprendizaje, del pensamiento crítico y de hábitos responsables son esenciales para aprender a ser y actuar de manera autónoma.
El niño deberá ser capaz de:
- Progresar en el conocimiento y dominio de su cuerpo, en el movimiento y la coordinación, dándose cuenta de sus posibilidades
- Alcanzar progresivamente seguridad afectiva y emocional e ir formándose una imagen positiva de sí mismo y de los demás.
- Adquirir progresivamente hábitos básicos de autonomía en acciones cotidianas, para actuar con seguridad y eficacia.
2. Aprender a pensar y comunicar. Organizar y exponer las propias vivencias; buscar y gestionar información proveniente de diferentes fuentes y soportes; emplear diferentes tipos de lenguajes (verbal, escrito, visual, corporal, matemático, digital), en la comunicación de informaciones, sentimientos y conocimientos; trabajar de manera cooperativa y ser conscientes de los aprendizajes propios, avanzar en la construcción del conocimiento y el desarrollo del pensamiento propio.
El niño deberá ser capaz de:
• Pensar, crear, elaborar explicaciones e iniciarse en las habilidades matemáticas básicas.
• Progresar en la comunicación y expresión ajustada a los diferentes contextos y situaciones de comunicación habituales por medio de los diversos lenguajes.
3.Aprender a descubrir y tener iniciativa.Explorar, experimentar, formular preguntas y verificar hipótesis, planificar y desarrollar proyectos y buscar alternativas elementos clave en los procesos de formación del alumnado. El niño deberá ser capaz de:
• Observar y explorar el entorno inmediato, natural y físico, con una actitud de curiosidad y respeto y participar, gradualmente, en actividades sociales y culturales.
• Mostrar iniciativa para afrontar situaciones de la vida cotidiana, identificar sus peligros y aprender a actuar en consecuencia.
4. Aprender a convivir y habitar el mundo. La concienciación de la pertenencia social y comunitaria, el respeto por la diversidad, el desarrollo de habilidades sociales, el funcionamiento participativo de la institución escolar, el trabajo en equipo, la empatía hacia los demás, la gestión positiva de los conflictos, el desarrollo de proyectos en común, etc., favorecen la cohesión social y la formación de personas comprometidas y solidarias. El niño deberá ser capaz de:
• Convivir en la diversidad, avanzando en la relación con los demás y en la resolución pacífica de conflictos.
• Comportarse de acuerdo con unas pautas de convivencia que lo lleven hacia una autonomía personal, hacia la colaboración con el grupo y hacia la integración social.